Las grasas trans son uno de los inventos más rentables de la industria alimentaria, sin embargo, son uno de los inventos más dañinos a la salud humana. Resulta que las grasas trans, también conocidas como aceite parcialmente hidrogenado, tienen consecuencias positivas para la conservación de la comida, pero negativas para tu organismo.
La comida que tiene grasas trans dura más tiempo, como algunas galletas por ejemplo, los restaurantes compran este tipo de grasas para no usar aceites, bueno, no todos pero sí muchos, sobre todo los estadounidenses, y como dura más tiempo pueden comprar en grandes cantidades sin el problema de que se les eche a perder con el consecuente ahorro de dinero.
Cuando los productos procesados son hechos con grasas trans, estos duran en buen estado mucho más tiempo en los estantes y aparte, las trans son más baratas. Qué bellas son.
En el proceso para esto tenemos que al aceite se le mezcla con hidrógeno en hornos a temperaturas altísimas, el resultado es aceite más sólido, al que le podemos poner sabor dulce y nos quedan unas excelentes galletas con relleno cremosito.
Pero el cuerpo humano no sabe bien cómo procesar esta delicia de aceite sólido así que el resultado según los estudios es que el consumir grasas trans incrementa tus niveles de colesterol malo y reduce tus niveles de colesterol bueno, pueden aumentar tu riesgo de padecer enfermedades cardiacas, debilitar tu sistema inmunológico y hasta causar diabetes.
Así que ya sabes, cuando en la etiqueta nutrimental veas algo como aceite parcialmente hidrogenado, aceite vegetal parcialmente hidrogenado, aceite de uvas del bosque florido de la antártida parcialmente hidrogenado, di NO a ese producto y busca el producto natural que más te agrade, sin embargo, si lo que quieres es un producto empaquetado lo que puedes hacer es buscar aquellos que digan "Este producto no contiene grasas trans" o "Sin aceite parcialmente hidrogenado".
De ahora en adelante es básico que leas las etiquetas nutrimentales antes de comprar esos productos, entre más al principio se encuentre el ingrediente, más cantidad de ello tiene dicho producto. Así que no te dejes engañar por aquellos que en el empaque tienen la foto de una chica delgada y sonriente o de un tipo con abdomen de lavadero y pectorales de piedra, mejor revisa la etiqueta.
